Reseña | "El ascenso de la Horda" de Christie Golden

¡Buenos días queridos residentes! Agosto ha sido un mes especialmente flojo para mi y la lectura, (como dije en mi último post en IG: es culpa de mi xbox) aún así me las arreglé para devorar un libro que hace mucho tiempo quedé por leer pero no me animaba por puro odio a los orcos de Draenor. Se trata de otro libro de los muchos que existen de la saga de Warcraft; El ascenso de la Horda.

Ficha técnica

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Titulo: El ascenso de la Horda (Rise of the Horde)

Autora: Christie Golden

Género: Fantasía

Páginas: 304


Sinopsis

Aunque el joven Jefe de Guerra Thrall acabó con la maldición demoníaca que había asolado a su raza durante generaciones, los orcos aún deben cargar con los pecados de su sangriento pasado. Al igual que la destructora Horda, libraron una serie de devastadoras guerras contra su eterno enemigo: la Alianza. No obstante, la ira y la sed de sangre que impulsaron a los orcos a destruir todo cuanto hallaban a su paso estuvieron a punto de aniquilarlos a ellos también. Hace mucho tiempo, en el idílico mundo de Draenor, los nobles clanes orcos convivían en una relativa paz con sus enigmáticos vecinos, los draenei. Pero los malévolos agentes de la Legión Ardiente tenían otros plantes para ambas razas. El señor demoníaco Kil’jaeden puso en marcha una serie de acontecimientos tenebrosos que no sólo erradicaron a los draenei, sino que fusionaron a todos los clanes orcos en una imparable y destructiva fuerza movida por el odio.


Reseña

A diferencia de mi última reseña warcraftiana (palabra que me acabo de inventar) este libro cronológicamente se ubica mucho antes de los sucesos ocurridos en El ascenso del Rey Exánime (sí, aquí todos ascienden) en los que un pueblo pacífico, honorable y chamánico se ve envuelto en una trampa que les costará algo más que su libertad.

Aquí es Thrall, quién a modo de cronista va plasmando en pergaminos la historia de su pueblo desde el punto de vista de su padre Durotan, desde sus primeros recuerdos como infante orquito que, poco a poco ve cómo su pueblo abandona sus raices y tradiciones debido a que por una artimaña de un malévolo ser superior son inducidos a odiar y combatir a la raza con quiénes compartían su mundo; los Draenei.

El hombre sabio entiende su debilidad e intenta extraer una lección de ella. El tonto deja que la debilidad lo controle y lo destruya. Otras veces, el hombre sabio es un tonto.

La narración es sencilla y fácil de entender, una vez más la autora se las arregla para explicarnos todo de una manera que podamos entender aún sin saber nada de este universo.

La trama transcurre a un ritmo constante y no aburre puesto que está escrito de tal forma que en cada uno de sus veinticuatro capítulos pase algo importante, sin embargo, siento que esta es una parte fundamental en todo Warcraft y se pudo aprovechar más, expandiendo un poco más los capítulos y agregando más detalles. ¿La justificación? Los libros se basan en los juegos y no al revés, así que jeje.

Hogar. Sea tu raza la que sea, ésta es una palabra, un concepto, que hace que tu corazón se hinche de nostalgia. Hogar pueden ser las antiguas y ancestrales tierras o un nuevo lugar que uno ha construido por su cuenta. El hogar se puede encontrar también en los ojos de aquéllos que son amados. Pero todos necesitamos un hogar, anhelamos uno, somos conscientes de que sin un hogar o algo parecido nos sentimos incompletos.

Ya como entusiasta del lore de Warcraft les comento que este es el libro que recomiendo a la hora de adentrarnos en este universo, ya que en él ocurre lo que vendría siendo el detonante de la historia: una corta introducción de la creación de los generales de la Legión Ardiente (A.K.A. los malos más malos), la formación de la primera Horda (los orcos malos malos), la guerra contra los Draenei (los buenos buenos) y su posterior partida a Azeroth (el mundo donde todo Warcraft transcurre).

Valoración

Recomendado

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